Si mis sentimientos estuvieran en orden cronológico, si mi vida tuviera de etérea lo que tú de fea, si mi alma tuviera calma, si mi libido freno de mano, pensaría que es sobre humano este sentimiento mundano.
Tu cuerpo yace sin ropa, al verlo siento la necesidad inplacable de abalanzarme sobre ti.
Indefensa, serás victima perfecta de la pasión. Abrumadora, es ya ésta turbante sensación.
Despedazaste con tu lengua mis labios, e incandecentes son tus muslos ardientes que junto a los míos se funden en ese sudor ardiente que vigoriza mi piel al mezclarse lentamente, hasta juntos morir en un suspiro aberrante, constante, diferente.