miércoles, 16 de abril de 2008

Ayer te vi y te bloggié.

Caminaba por la calle a lo lejos vi una silueta de una mujer de la cual lo primero que noté fueron uno rizos impecables y su elegante vestir, toda una joven ejecutiva de belleza desmedida...

Al reconocerla lo primero que pensé fue en como pude haber perdido una oportunidad así, recordé como hace unos kilos, unos años…cuando comenzaba la Universidad ella me buscaba, estábamos en la misma facultad y éramos amigos desde la Prepa. Nunca dejó de buscarme de hablar bien de mí a tus amigos de la Prepa y a los míos.

En ese entonces tenía novia y cuando terminé el problema fue que nunca lo creí posible y ahí radicaba mi error.

Un par de años después salimos algunas veces, son casi cuatro años de eso un día dijiste algo que no me pareció digno de une estudiante de Universidad, después acabaste con un combo de varias palabras, las cuales para mi entonces gusto esnobista y tortuoso, estaba además mal dichas.

Aun creo que tenía cierta razón, aunque no sería jamás una causa tan fuerte como para el fugaz el cambio que comencé a desarrollar. Deje de llamarle y de buscarle, ella en cambio lo continuabas haciendo, buscaba la oportunidad para encontrarme en un pasillo o en cualquier sitio, siempre la traté muy bien, pero sin darte pie para cualquier cosa más.

Buscó otra oportunidad la cual nunca fui capaz de ver. Poco a comprendió que ahí terminaría todo.

Yo seguí mi camino y tuve una novia que vivía un poco lejos, tal vez más linda pero nunca me tomó enserio, todo fue breve. Sin pena ni gloria.

Cada que la encuentro desde entonces nos tratamos como mejores amigos, nos vemos a los ojos y vemos algo diferente, algo oculto, la posibilidad de lo que no fue.

La oportunidad latente desapareció y ahora es imposible, estas comprometida.

Profesionista, graduada con honores, 1.74 de estatura, cabello marrón con toques de champagne, ojos grandes y claros de sabor y color a miel, con destellos de jungla verde, cabello largo y encaracolado, mirada fija y tierna, cuerpo de musa y vivacidad de diosa.

Cuando me reconoce primero me saluda con la mano, después acelera el paso y sonriendo me abraza y me da un beso en la mejilla mientras dice mi nombre, como trae tacones se ve mas alta que yo, pero no puedo comprobarlo, mis ojos no dejan de derretirse frente a los suyos, su sonrisa sincera despedaza con fuerza desmedida mi corazón sin darse cuenta, me pregunta como estoy y porque ya casi no nos vemos.

Le pregunto como le va, me dice que esta feliz y enamorada, que al parecer ha encontrado al hombre de su vida. Sonrío con honestidad y guardo en alguna parte de mi cuerpo las sensaciones que provoca llevar la conversación, ella no lo nota.

Sólo puedo desearle lo mejor, decirle sinceramente que es una mujer que yo cualquier hombre desearía tener a su lado que tiene un corazón grandote que vale su peso en oro y que no deje nunca que la lastimen.

Ella sonríe con ternura y termina de desbaratar mi cuerpo deshebrado, lentamente parte por parte de mi ser en un par de maniobras, mientras tanto, siento una implosión en mi estomago que se agranda hacia el ombligo, intento controlarme y finalmente lo consigo, ruborizados nos llamamos por nuestros nombres nos besamos rápida y certeramente en la mejilla, ella da dos pasos hacia el frente de mi lado izquierdo, sonríe una vez más y me dice que le ha encantado verme, mientras lo hace, mi cuerpo como una estatua clavada en el piso se queda inmóvil, congelado, viro un poco el cuerpo y la veo marcharse, su cabeza da media vuelta y sigue su camino, volteo rápido la mirada al frente y decido no verla más.

Sigo mi camino cobijando en el pensamiento de que las cosas pasan por algo deseando que sea así levanto la mirada cierro los ojos medio segundo, y con la mano en la cabeza, giro mi cuerpo, deseando verla… se ha ido.

Sonrío y le agradezco a la vida haberla conocido, con la cabeza en alto acelero el paso, necesito bloggearlo y hay riesgo de que se me olvide…