viernes, 29 de febrero de 2008
Metatextos 8 "Fin del Mundo"
"Sobre advertencia no hay engaño"
Era un día soleado, el cielo estaba despejado aunque habían algunas nubes, era un día lo suficiente hermoso como ordinario.
La gente sin idea de lo cerca que estaba el fin, realizaba su rutina diaria, trabajando, durmiendo, comiendo, sin pormenores...
Un homeless en Nueva York parecía predecirlo, tenía su letrero de "We all are gonna die today!" pero nadie ni lo volteaba a ver, sacudía las manos y gritaba como todos los días, a lo mucho la gente le daba para un Hot Dog.
Al ponerse el sol en un atardecer hermoso en colores pastel más de uno lo vio con encanto, pero nadie sospecho nada. Sería el último atardecer que la humanidad viera jamás.
A las 12:00 de la noche de aquel día a la humanidad entera le dio sueño, nadie puedo dejar de caer en un sueño profundo, del que nunca nadie despertó.
Así fue el fin de la humanidad, indoloro, incoloro, e insípido como aquel elemento que alguna vez les dio vida.
Buena Música
ida engberg - disco volante (sebastian Leger mix)
jueves, 28 de febrero de 2008
Buzón de Quejas:
#2 Joven abandonado busca: Psylocke, Katz y El Tambor...
#3 Puede quejarse todo lo que quiera en mis comentarios. Su queja se la haremos llegar a las autoridades incompetentes o si lo prefiere llame al 01 800 BUZONDEQ donde un igual de incompetente ejecutivo lo entenderá.
#4 Me rehúso a cortarme el cabello...
#5 Pinche Licua ya escribe.
martes, 26 de febrero de 2008
Un mar de Esperanza
Relegado y hecho un manojo de incredulidad y desesperación, él tomo su maleta y sin pensarlo, salió de su cuarto del apartamento cinco del tercer piso, con la mirada embravecida, el ceño fruncido y el corazón en la mano.
Apresurado y con desdén, bajo las escaleras sin pensar en el tajante ruido que a cada paso hacía con su enorme valija al azotarse contra los escalones de concreto… uno a uno, bajo los quince escalones hasta llegar a la puerta de la entrada.
Salpicado en odio y con una inflamable furia, intentó abrir la pesada puerta de metal de los departamentos, como era de esperarse en esas ocasiones la llave se atasco en la vieja cerradura, lo que exaltó su ira.
Al lograr salir de los departamentos avanzó unos pasos, volvió su mirada al edificio de apenas cinco pisos y de fachada carcomida por los años, de un color anaranjado que algún día fue tal vez más cobrizo, y apretando los dientes le dio un jalón a la maleta para deslizara por la banqueta, el único sonido en la calle eran las llantitas negras que chillaban al rodar, mientras se alejaba a paso firme del lugar que tantas veces llamó “hogar”.
Dos cuadras después y una antes de llegar a la avenida “Porto Bello” los primeros rayos de sol se dibujaban en el cielo. La luna se diluía junto a su recuerdo y daba pasó a un día más de esos que nadie desea vivir.
–Era demasiado bella- murmuró, al mismo tiempo que una mujer que salía de su casa le deseaba “Buonjorno”, él no respondió, siguió su camino hacia la estación. La ciudad le sabía amarga.
Al despertar se dio cuenta que habían pasado casi 7 horas, se sintió confundido aunque feliz de no haber sufrido las indulgencias de un viaje tan largo y tedioso.
El tren indicaba la última parada de su circuito en un pequeño pueblecito a la orilla del mar.
Bibione decía el letrero oxidado que se veía por la opaca y sucia ventana del vagón de tren.
Al bajar sintió la calidez del viento. Caminó sin parar hasta la vera del mar. El brillo del sol reflejado en la superficie del agua lo hizo olvidar por unos momentos su desdicha.
Clavadas en la arena las llantitas de su valija no sonaban más. Sonrió por primera vez en varios días y comenzó a correr mientras se sacaba la camisa, al llegar a la orilla se sumergió entre las olas, mientras pensaba en que ese, era otro mar, en que a esa hora y esa misma tarde tenía que renacer, en que el mar, además de lavar sus heridas, con su salinidad las cauterizaría, borrándoles para siempre.
“A la mar le he confiado mis penas y en sus aguas se lavaran.”
Aunque mi bisabuelo una noche sonriendo me contó esta historia y también me dijo que una nueva vida, comenzó ese día en Bibione.
domingo, 24 de febrero de 2008
Vestida de Azul
Los invito a que lo intenten, resultó divertido, lastima que metí mi texto horas después de cerrada la convocatoria y van a tardar un poco más en publicarlo.
He Aquí mi primer Metatexto Ejercicio 7:
Ella era preciosa, tenía unos ojos azules que combinaban perfecto con su su canesú y apenas 16 años. Vivía en una burbuja de donde solo podía ver el mundo. Tenía una enfermedad mortal que estaba poco a poco terminado con su vida.
Nunca había podido salir de esa burbuja que abarcaba la mayor parte de su casa. Vivía con sus padres, los cuales la cuidaban todo el día con temor a que enfermase. Sabía que su cuerpo carecía de fuerza ante la menor enfermedad.
Siendo solo un niño siempre quise conferir las historias que contaban en la cuadra sobre la muñeca de azul. Quise verla con mis propios ojos, así que emprendí su búsqueda, sabía que no podía tocarla, ni salir de su burbuja.
La reja de madera de la parte trasera de su casa estaba formado por 6 tablas en forma vertical, las brinque, al llegar al otro lado sentí que mi corazón aceleraba su ritmo de solo imaginarla, ¿Sería tan bella como decían?.
En exactos 32 segundos había invadido propiedad privada y la privacidad de mi muñeca y su familia. No me importo un comino. La puerta trasera daba a la cocina, pasé rápidamente con cuidado de no hacer ruido.
Al verla ahí sentada triste en su cama, con la mirada vaga y distraída contuve la respiración mientras observaba atónito sus tremendos ojos azules y su piel rosada como un atardecer de mi natal Quintana Roo.
Al verme me dijo que me había estado esperando. Sin dudarlo entre en su burbuja la tomé de la mano y la jalé en dirección hacía el patio trasero. Me dijo que prefería morir en mis brazos que encerrada en una burbuja donde tarde o temprano llegaría su final.
Al salir de la casa observó por primera vez la majestuosa luna y el cielo estrellado de Abril. Con lagrimas en los ojos me besó tiernamente.
El primer síntoma de dolencia era su nariz constipada. -Quiero ver el mar- grito con emoción. Corrimos varias cuadras y llegamos a la playa, su semblante no podía ya ocultar el dolor que soportaba en su cuerpo. Llorando se desvaneció en mis brazos. Ya amanecía. La lleve de regreso a su casa cargada entre mis brazos mientras sentía como su respiración se disolvía en la brisa.
Dejé su cuerpo inerte sobre su cama. Su sueño se había cumplido y el mío también. Nunca nadie sospecho de mí.
Arrodillado, rogué a las animas por volverla a ver.
miércoles, 20 de febrero de 2008
Hijo de tigre pintito.
En el éxtasis de mis 15 primaveras, la Directora de la Secundaría particular donde estudié, promocionalmente personalizada aunque ñoñísima y de reducido número de alumnos, llamó por enésima vez a mi Marde la causa: mi horrible conducta.
Ella, harta ya de este tipo de llamadas y aprovechando de que mi Padre recién llegaba de su último viaje de negocios aprovechó para que él se encargara del asunto.
Eran las 11:30am hora del receso, en un salón de clases vacío, con la puerta cerrada, la Directora mirándome con repulsión y la Maestra con decepción, me sentía como criminal.
-No entiendo- Respondió mi Pá con rapidez.
La Maestra casi gritando: -¿Y sabe lo que me respondió? ¡NADA!. –
Con la frente en alto y con una sonrisa me retiré del “recinto de estudio”. Qué complacido recuerdo haberme sentido.
lunes, 18 de febrero de 2008
Un Lugar Utópico.
Hoy siento que debo de regresar a aquel lugar que me hará evolucionar, siento también una utópica ansiedad de pensar que llegando a ese lugar, todo cambiará…con ésta idea me fui a dormir toda la semana, es algo cíclico.
Han pasado 8 años y hay días que añoro volver con tal fuerza, que la idea de lograrlo es capaz de enturbiar mi mejor día.
Era un día soleado, acostado en una cama matrimonial me acurrucaba maltrecho entre un montón de almohadas. El sol entraba por la ventana de aquella habitación con decoración típica de un cuarto de visitas, donde los colores, las fotografías y el ambiente son una mezcla latente de la familia entera. En un par de segundos podías pasar por 3 generaciones plasmadas en las fotografías y en el closet se podía ver fácilmente que había ropa de esa que nadie usa o de la que algún miembro de la familia olvidó.
Desperté con el sol en la cara, se colaba levemente por las persianas color beige de la única ventana que daba a la terraza de la alcoba principal.
Con ilusión pensé en comenzar un día más en un país desconocido, con un idioma en el que aún me costaba trabajo comunicarme con facilidad, compartiendo el desayuno con personas que nunca pensé conocer.
Después de una ducha y tomar un café. Esperaba con ansia que mi entonces mejor amiga tocara al timbre. Al escucharla, me despedí rápidamente y apresuré el paso a la entrada de la casa. Al verle la salude con tres besos alternados en las mejillas, una de las primeras costumbres que había aprendido gustoso.
Al llegar a la escuela, todavía con un frío que no había pensado encontrar en esas latitudes, me dirigí a la puerta de la escuela. Recibí el saludo de los prefectos y al subir la escalera a mi salón de clases, estaba ella. -¿Quién será?- Pensé inmediatamente.
No pude dejar de ver sus ojos verdes, sentí como a la par de que mi rostro se ruborizaba mi corazón comenzaba a latir con mayor rapidez, ella, con una sonrisa delicada en su rostro, se dirigía hacia mí.
Con una voz dulce pero firme me dijo: -Hola, Mexicano.- y comenzó el ritual de los tres besos, apabullado de tanta espontaneidad y de haber sido reconocido por ella. No pude pensar. Mi mente se nublo mi lengua se hizo un nudo. Tampoco pronunciar palabra. Solo sonreí lleno de ilusiones y con infinitas ganas de saber su nombre.
Ella sonrió con ternura, su cabello se suspendía en el aire como en cámara lenta mientras mi mente tomaba una fotografía (de esas que guardas cerquita de tu corazón) y siguió su camino al aula que se encontraba detrás de mí, la seguí con la mirada. Con la ilusión de pronto saber su nombre.
Horas después en uno de los recesos de 15 minutos, al salir al patio la encontré con un grupo de amigas, sin pensarlo dos veces me dirigí a ella y le pregunte su nombre. “Suzanne” se llamaba.
Me sentía tan feliz. Al hablar con ella sentía que el mundo dejaba de girar, su perfume me transportaba a otra dimensión, su mirada me derretía, su sonrisa dejaba entrever su alma.
Al sonar la chicharra de la escuela quede confundido sentía que todo lo que había visto se esfumaba de a poco.
Abrí los ojos, el despertador sonaba… no había Suzanne, no existía su perfume, su mirada era una vez más, una creación de mi mente.
En aquel instante sentía que todavía podía olerlo, casi la veía en frente de mí.
-¿Porqué no la había besado?-, pensaba una y otra vez mientras me levantaba de la cama.
Sentí unas ganas terribles de regresar a la cama de terminar el sueño de recrear ese momento una vez más. De regresar a ese lugar tan sagrado para mí, a ese momento que íntegramente había creado mi tortuoso ser.
Hay cosas que mi mente sabe que son imposibles de olvidar y en los sueños se transporta a aquel momento una y otra vez.
“Morrendo de saudade eu sempre penso em você.”
jueves, 14 de febrero de 2008
¿San Valentín?
Hoy es ya 14 de Febrero y 9 de cada 9 personas que carecen de pareja al ver a otros besándose, disfrutando y al grueso de éstas bajo un frenesí de amor y pasión consumista creado por las televisoras y el diablito de Derbéz, les pasa por la cabeza (aunque sea una vez, tienen que ser sinceros), porque no han encontrado a su media sandía y un sin fin de cuestionamientos que en cualquier otro día no repararían a observar.
lunes, 11 de febrero de 2008
Otro Intercambio más...
Aunque debo de aceptar que desde mis épocas de ser “El amargado de
Cada 14 de Febrero recuerdo un Spot de Radioactivo 98.5 que me gustaba, ese que alguna vez le grabé a una todavía Señorita, (a la que ahora estimo más que en aquel tiempo) que era como mi novia y del cual grabe una copia para mí, que dudo alguna vez haya escuchado. Lo encontré hace rato arrumbado en una montaña de “SIDIS” empolvados. Todavía no lo pruebo y no creo que funcione. La verdad me trajo buenos recuerdos.
Update
Ya se que quiero para el Intercambio:
Yummy!
UPDATE Ver2.0Se aceptan sugerencias para el Regalo...
sábado, 9 de febrero de 2008
¿Porque los pájaros cantan?
Había una vez un hombre que siempre había soñado con volar, volar alto, libre.
El ave con la esperanza y premura de pronto regresar a surcar los cielos que sin límites alguna vez cruzara. En su canto su esperanza resguardó.
Todos los días desde su diminuta jaula cantaba sin cesar con la esperanza de regresar a volar.
Que la esperanza nacida del canto desaparece hasta la peor sensación.
lunes, 4 de febrero de 2008
Cuando se aparece la muerte.
Había un silencio inmaculado en un gigantesco jardín el viento brillaba de mil colores, al cerrar los ojos descubrí como el latido de mi corazón era el único sonido de los alrededores. Al escucharlo mi mente se transportaba a otro lugar al génesis de mi vida… Cuado un latido de corazón era todo, cuando me arrullaba y me mantenía con la esperanza de un día nacer. Pero.
Al abrir los ojos me doy cuenta de la penumbra de mi soledad, es el mismo jardín ahora sombrío. Por alguna razón no me altera para nada, comienzo a caminar sin rumbo definido y te encuentro a ti, impasible como siempre, hermosa y mortal. Disfrazada de muerte con olor a sangre y la mirada vacía.
Al mirarme a los ojos siento como me congelas, es un frió tormentoso de adentro hacia fuera el cual deriva escalofríos por mi espina dorsal. Ya no tengo miedo. Es el final.
Poco a poco el latido de mi corazón se vuelve más tenue, más lento… hasta que se disipa por completo.
Me dejo llevar, siento que mi cuerpo se disuelve, cada vez lo siento menos.
Cada paso que das en dirección hacia mí, destruyes toda vida que te rodea.
Mi corazón ya no late, siento como mi alma sale de mi moribundo ser, cayendo lentamente te dedico mi última mirada, sonriendo te despides de mí.
Me dejas morir, ese es tu trabajo para eso fuiste creada, eres una ilusión, una verdadera aberración.
viernes, 1 de febrero de 2008
Recuerdos
Hace mucho para algunos no tanto para otros me encontraba pescando en el amazonas;
< piranha > me dijo en portugués el guía. Comenzamos a colocar la carnada en las cañas. Eran pedazos de carne cruda… con las manos ensangrentadas y sentado en una barcaza que inspiraba poca confianza en un río precioso en medio de la nada, me imagine en una de esas pésimas películas de terror. ¿Si meto las manos al agua neta me las comen?, El guía me miro con una sonrisa burlona, respondió, Mete la caña y luego hablamos me dijo. Así fue. Rápidamente seguí al pie de la letra las instrucciones del guía mientras mis amigos bromeaban en quien sería el primero en caer al agua y si en realidad podrías llegar vivo a la orilla. Mi experiencia en las artes de la pesca en ese tiempo era todo menos bastas, aún así recordaba lo lento que se podía tornar el atrapar cualquier pececillo, así que me acomode y lancé.
No fueron ni 10 segundos de espera para cuando sentí el jalón típico de cuando haz atrapado algo hijas de la chingada, exclamé, están hambrientas las cabronas, gritaron.
Al sacarlas del agua se me vinieron muchas ideas a la cabeza, al ver esos ojos endemoniados y esos dientes… sentí escalofríos por la espalda y lo primero que se me vino a la cabeza fue la idea de regresar a la orilla, más de una vez las integrantes del botecito al sacar una piraña o algún otro pez carnívoro gritaron y todos observábamos perplejos cada uno de los especímenes antes de regresar la mayoría de ellos al agua.
Después de 20 minutos todos preferimos regresar al Hotel.
La cocinera del pequeño restaurante del único Hotelito de los alrededores, preguntó ¿Quién quiere pollo? Casi todos lo devoramos, estaba delicioso y lo mejor, no tenía que comer esas asquerosas pirañas.
Al final del día después de pasear a caballo entre Jacarés regresamos al restaurante. La cocinera pregunto de nuevo
¿Quién quiere pollo estilo Jacaré?, ¿Jacaré? Pregunté con asombro. La cocinera soltó una carcajada, todos la miramos. Pues claro que están comiendo Jacaré, añadio ¿A poco enserio les supo a Pollo?.
Pensar que años después no quería probar un taco de lengua.
Jacaré Sonrriente