Hace tiempo y en estas fechas, vivía en mi casa una francesa de Intercambio por la cual no sentía mucha simpatía en aquel momento y sentados en la mesa de mi casa y comiendo el tradicional “pan de muerto” después de una introducción y un relato de mi madre de el porque de esta tradición y su antigüedad y bla bla bla, ella me preguntó:
Francesa: ¿Pojque no estas comiendooou pan de muejto?, ¿No te gusta?
Yo: --Con cara de un asco controlado y gesto contradictorio-- Es que por más que sea una tradición en México me es imposible dejar de imaginar los cuerpos humanos con los que lo elaboran, simplemente no puedo.
Francesa: --A medio bocado, sonrojada, con el ceño fruncido, asco y los ojos saltones corriendo ya hacia el baño--. ¡Hay no guaaaacalaaaaaaaaaaaa!
Madre: ¡Noooo, no es cierto eso! ¡¡¡DAVIDDDDDDDDDDDDDDDD!!!
Francesa: --Semi vomitando o algo así-- ¡¡pinché David que asco me dio cabjon!!
Yo: =)
Nunca me imagine que alguien pudiera considerar aquello cierto, me entristeció la idea de todavía ser considerados un pueblo con capacidad de hacer tremenda barbarie.