Desperté y realice mi rutina normal, todavía medio dormido me dirigí a mi coche, al abrir la puerta me di cuenta de que algo raro había sucedido, tenía prisa, ya era tarde, así que no le di importancia me senté en el asiento del conductor y descubrí que mi auto entero estaba lleno de polvo, polvo de diamantes, era hermoso, el auto entero estaba cubierto de una fina y brillante película de la cual derivan trozos mayores y no solo en mi asiento sino en el de alado, atrás debajo de los tapetes, en todos lados.
El brillo de estos me dejo atónito, deslumbrado…