viernes, 27 de junio de 2008

Untitled

Que fácil fue caer en tus brazos, con que rapidez te metiste en mi vida, con que tenacidad te adueñaste de mi ser, con que colorido pintaste mi alma.

Recuerdo bien aquella noche, donde tu vestías una blusa verde manchada de ilusiones y atiborrada de hermosura inmaculada, yo... de negro.


No solo me mi camisa denotaba el color de mi alma o de mi exasperación que colmada con sentimientos inútiles se marchitaba poco a poco en esos últimos meses… que placido es ver convertida mi vida y mi alma, en una mezcla sabrosa de sentimientos de calidad inigualable, de sentir que el pasado fue una farsa, de percibir un presente perfecto y un futuro lleno de felicidad. Que bien se sienten las gotas de rocío revivir una flor marchita, una rosa negra que con un par de gotas se llena de color y de vida.



A veces me pongo a pensar en que desde aquella noche, mi vida entera tiene un estándar diferente.


Ahora se lo que es amar y ser correspondido, los días venideros tienen el éxito garantizado.