Sonrió levemente, su cara inmediatamente después se volvió toda frustración. Al encontrar su celular vio la hora, 9:10am. Tenía una entrevista de trabajo en solo 20 minutos.
-¿Lograré llegar?-, pensó con desánimo.
Corrió al baño y sin prender la luz, vio su melena desgarbada, como la de un león macho a plena siesta en la sabana, teñida de rojo, tenía cabellos largos y rizados, opacos por el humo y el frío de aquella noche de invierno. En sus ojos cenizos escondía una dulzura casi divina y aunque se vestía aprisa, seguía siendo increíblemente sensual.
Pasaron 15 minutos y ya azotaba la puerta de la entrada, casi corriendo descendió sobre las calles polvorosas y marrones del viejo Cairo.
-Tiene suerte de ser Mexicana y vivir en Egipto, y claro, tener una sonrisa impecable - Le comento el entrevistador.Tipo malencarado de corbata guinda y camisa blanca con una mancha de café y un bigote desaliñado.
Sonriendo ella se levanto y le agradeció la oportunidad.
-Antes que se vaya...- añadió con severidad
-...quiero decirle que como lo requerimos en el consulado, su presentación es inmaculada, lasta los detalles en su cabello me gustan- le dijo sonriente.
Por supuesto que al salir lo primero que hizo fue mirarse al espejo del baño de la recepción. Su cabello salpicado de confetis de colores de la fiesta del día anterior le daban, el toque perfecto a su rostro lleno de luz.